Como cualquier día normal
Me levanto por la mañana, me doy un baño y me perfumo. Luego me tomo un buen desayuno y no hago más na. Más na. Jajajaja
La verdad es más alentadora, después de mi rutina de levantar a los niños, servir desayunos, empacar loncheras, llevarlos al colegio. Dar mil besos y abrazos antes de verlos entrar a sus clases. Solo hasta ese momento mi día comienza.
Aunque solo tengo algunas horas para hacer las compras, limpiar la casa, responder llamadas, escribir cartas, colocar recetas, revisar los periódicos con las noticias actuales y desayunar. No paro de soñar con mis largas listas de recetas por hacer, las fotos de platos que ya he hecho pero que aun no he podido escribir.
Además de mi interminable deber de estar siempre al día con las novedades, descubrimientos culinarios, mí insaciable deseo de seguir encontrando secretos culinarios que aun no se han publicado y que remuerden nuestros recuerdos como pequeñas hormiguitas atraídas por el azúcar.
La cocina es un arte que he aprendido a amar y respetar. No es un trabajo, sino una pasión que muchos comparten. No solo por el beneficio de aprovechar los resultados, sino por el gran placer que produce dar alegría a nuestros seres queridos con algo que los llene de vida y de buenos recuerdos de nuestras raíces y de nuestra propia identidad.
Por favor envíenme sus secretos de cocina, muchos Colombianos y amantes de la cocina se los agradecerán. Hagamos de esta comunidad un lugar donde podamos compartir nuestros sueños y nuestra generosidad.
Escrito por:
Nohora Smith